Oliver está enamorado. Ha visto todos los animés, ha leído todas las novelas juveniles y sabe exáctamente cómo es el amor: una chica bonita (como Mónica) y un tipo guapo (como él) destinados a vivir felices para siempre. Sólo lo impide un pequeño detalle: Oliver es gato; Mónica es humana. Pero gracias a la intervención de los dioses, y con la ayuda de Jodie, su sarcástica ángel guardián, Oliver podrá al fin convertirse en chico y conquistar a Mónica tal como siempre lo soñó. El único problema es que el amor real no es como lo pintan en los libros...