Este libro es un excelente ejemplo de cómo la historia local puede iluminar la cultura y la historia transnacionales, en particular explica cómo el desarrollo de Tijuana y su centro turístico Agua Caliente, saciaron las necesidades de los estadounidenses que buscaban escapar de las garras restrictivas de la reforma moral progresista de su país. Después de 1900, Tijuana se convirtió en un refugio para el consumo de alcohol, la prostitución, las carreras de caballos, juegos de azar y otras actividades prohibidas en California y estados vecinos.